
La arquitectura sostenible no solo se enfoca en reducir el impacto ambiental de las edificaciones, sino también en adaptarse a las necesidades edilicias de las personas que las habitan y de los ecosistemas de los que formarán parte.
Por ello se busca lograr la adaptación y flexibilidad en el diseño edilicio sostenible, considerando factores de actual y futura incidencia, tales como los cambios tecnológicos, demográficos y climáticos, siempre respetando la integración armónica con el entorno natural según la topografía, la vegetación y el clima.
Tener en cuenta estos elementos permite diseñar edificios que además de ser energéticamente eficientes, podrán ser capaces de adaptarse a cambios ambientales futuros con mejor disposición a rediseños, reformas y reestructuras.
La capacidad de adaptación y flexibilidad en el diseño y construcción de los edificios sostenibles será, en definitiva, la característica que los hará perdurables a largo plazo.